Quien diría que ese ruido tan molesto que no nos deja dormir y que delata la presencia de los mosquitos, es, en realidad un canto de amor. Entomólogos de la Universidad Cornell, de Estados Unidos, descubrieron que los machos y hembras de la especie
Aedes aegypti forman un dúo antes de aparearse, con una frecuencia de unos 1200 hercios (vibraciones por segundo), aproximadamente una octava y media por encima de la nota La, el tono por le cual se afinan los instrumentos. El estudio también demostró que las hembras de mosquito no son sordas, como se pensaba.
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